El literatismo que mata, por John Shelby Spong
Literalismo que mata
John Shelby Spong
(1931-2021)
Un mito leído literalmente es un mito condenado a morir. Su verdad no se puede salvar. El literalismo no es una opción benigna para los cristianos de hoy. En nuestro mundo moderno, el literalismo es nada menos que un enemigo de la fe en Jesucristo. Es un sistema de creencias construido sobre la ignorancia, que se comporta como si Dios, el misterio infinito, pudiera definirse en las palabras de un ser humano o en las categorías de pensamiento de una época en particular. El literalismo es la afirmación de que la verdad eterna de Dios ha sido o puede ser capturada en conceptos limitados a un tiempo en la historia humana. El literalismo es afirmar que el conocimiento es finito y, por lo tanto, el conocimiento no puede avanzar en infinitas nuevas direcciones todos los días.
El fundamentalismo bíblico reduce las opciones religiosas al nivel de una proposición relativa enunciada en un momento dado, luego la envuelve en una certeza que solo puede mantenerse mediante una histeria defensiva o agresiva. Cuando esa certeza se rompe, deja al fundamentalista sin otra opción que la desesperación sin Dios. Atrás quedaron los días en que, en nombre de la tolerancia por las inseguridades religiosas de los demás, permití que mi Cristo fuera definido por un literalismo asesino. Así que me dirijo a estas preguntas: ¿Qué se necesita para comprender estos datos míticos que llenan nuestra historia religiosa? ¿Se pueden identificar los elementos universales presentes en el mito cristiano? ¿Pueden ser liberados de la forma tribal de pensar de nuestras mentes limitadas para alcanzar los rincones más profundos de la vida, las profundidades de la psique humana e incluso el centro místico de Dios? ¿Se pueden tomar en serio las tradiciones religiosas del cristianismo sin leerlas literalmente? ¿Pueden los cristianos ser liberados para embarcarse en una exploración de las sagradas escrituras de nuestra santa historia sin estar confinados a los prejuicios, visiones del mundo y trampas emocionales de otra época? ¿Puede la Iglesia cristiana, en los albores del siglo XXI, alejarse de un literalismo que, si no surge de él, será la causa de su muerte? Creo que ha llegado el momento de que la Iglesia dé el paso, de dar a su pueblo el valor para vivir con integridad y caminar en nuestra santa historia en la búsqueda de la honestidad y la verdad.
Né d’une femme, traduction Abigaïl Bassac, Paris, Karthala, 2015, pp.36-37
Comments