

De virus, plagas, catástrofes y cosas parecidas.
Se suele decir que un evento determinado, pasadas las primeras cuarenta y ocho horas, ya no es noticia. Puede que así sea en algunos casos. No, desde luego, cuando se trata de algo que se considera muy grave y que, además, la mayoría de la población vive de cerca. Pero, incluso en estas circunstancias, hay ciertas reacciones, muy impetuosas al principio, que van disminuyendo sus tonos iniciales, van apagando su ruido mediático, hasta casi desaparecer. Así ha sucedido con toda