El Amor y la amistad
EL AMOR Y LA AMISTAD
La amistad es la sabiduría del amor,
el amor es la locura de la amistad
(Séneca, Epístolas a Lucilio).
El amor es la energía dinámica del universo humano, el motor móvil de nuestra realidad, mientras que la amistad es la energía extática de nuestro mundo y su motor extático o estabilizado. El amor dice turbulencia y onda expansiva, la amistad dice onda impansiva y equilibrio inestable. El amor es vidriación o afección no solidificada, la amistad es cristalización o afecto consolidado. No hay amistad sin amor articulado de fondo, pero hay amor desarticulado, o sea, sin la articulación de la amistad.
Yo diría que el amor es el cuerpo incandescente del mundo, y la amistad su alma destilada. El amor es una pasión del corazón, y la amistad es una compasión anímicas o psíquica. El amor es deseo deseante, la amistad es deseo deseado. El amor es un viaje de ida, y la amistad es un viaje de vuelta. En efecto, en el amor el otro soy yo mismo, en la amistad yo soy el otro. Por todo ello, en el amor me desconozco, pero en la amistad me reconozco.
El amor es la urdimbre, la mater-materia, pero la amistad es la trama, la forma o estructura masculina que articula la urdimbre femenina. Por eso el amor es lo real fundante o religante; por su parte, la amistad es la realidad fundada o religada. Eso sí, tanto el amor como la amistad difieren y se distancian del desamor, la enemistad y el odio en cuanto realidades realmente relegadas respecto a su cohesividad.
En el amor se da cierta dependencia que a menudo se traduce en pendencia, mientras que en la amistad se da cierta independencia que evita las pendencias. Por ello Séneca pudo definir la amistad como la corona o sabiduría del amor, al tiempo que redefinía a este como la locura de la amistad. Y es que el amor se encuentra partido o escindido, dislocado, frente a la amistad compartida y atemperada. De aquí que algunos autores simbolicen al amor como fuego violento, así como a la amistad como calor templado.
Yo diría que el amor es el cuerpo incandescente del mundo, y la amistad su alma destilada. El amor es una pasión del corazón, y la amistad es una compasión anímicas o psíquica. El amor es deseo deseante, la amistad es deseo deseado. El amor es un viaje de ida, y la amistad es un viaje de vuelta. En efecto, en el amor el otro soy yo mismo, en la amistad yo soy el otro. Por todo ello, en el amor me desconozco, pero en la amistad me reconozco.
El amor es así el sentido de la vida, aunque solo la amistad es el sentido consentido de la existencia. El amor es la implicación de la existencia, mas la amistad es la co-implicación de la existencia, basada en una complicidad co-existencial. El encontronazo con el otro en el amor se resuelve en el encuentro con el otro en la amistad. Ello se debe a que el amor supera o trasciende lo amado, mientras que la amistad supura o introyecta lo amado.
El amor es vertical o imperativo, la amistad es horizontal e introyectiva. La auto-afirmación subjetiva califica al amor, la afirmación intersubjetiva califica a la amistad. Aquel traspasa o trasciende la realidad dada, esta asume que la realidad es lo que nos pasa en común o mutuamente. Frente al rayo láser del amor, la amistad es el rayo de la luz del ser que aún somos. Pues el amor es emergencia y proyección, mas la amistad es inmergencia o inmersión en la realización de lo real.