Primer domingo de Adviento, por el Arzobispo de Canterbury

Arzobispo de Canterbury, Justin Welby

«Hoy es el primer domingo de Adviento. Marca el comienzo de una temporada de espera, una temporada oscura de anhelo por las luces y el calor de la Navidad.

Nos resulta muy difícil esperar.La espera confronta la ilusión de que tenemos el control.

Es muy fácil creer esto en nuestro mundo moderno, donde la tecnología nos proporciona cualquier información que podamos soñar al instante, donde nuestra infraestructura y medicina moderna nos aíslan de nuestra precariedad y fragilidad.

Esperar nos recuerda nuestra impotencia en nuestras vidas de muchas maneras. Reconocemos nuestra incapacidad para predecir el futuro, para conocer el resultado de situaciones que anhelamos ver resueltas.

Darnos cuenta de que no tenemos el control de nuestras vidas puede resultar tremendamente impactante y desestabilizador.

Y, sin embargo, en Adviento reflexionamos sobre el hecho de que aquel a quien estamos esperando es a quien podemos pedir que tenga el control de nuestras vidas.Él no viene con poder y fuego.

Vendrá, como escribe Rowan Williams en su maravilloso poema "Calendario de Adviento", "como llorar en la noche, como sangre, como romperse, mientras la tierra se retuerce para liberarlo".

Vendrá como un niño.

Oro para que en este Adviento puedas liberar todo lo que estás esperando en los brazos del niño en el pesebre.

En Su presencia, que nuestra espera finalmente cese».