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La Cámara de los Lores y la Iglesia de Inglaterra




La particular constitución británica, histórica y consuetudinaria, otorga una importante representación en la Cámara de los Lores a Obispos y Obispas de la Iglesia nacional de Inglaterra de 23 diócesis principales. Dicha Cámara no tiene verdaderos poderes legislativos pero sí juega un papel consultivo y reflexivo en el proceso legislativo británico dándoles a esos particulares Obispos una especial visibilidad pública.


En el ejercicio de esa función consultiva, los Obispos y Obispas con sede en la Cámara de los Lores han remitido en este mes de junio un carta abierta a través del TIMES al Primer Ministro, Boris Johnson criticando moral y jurídicamente el plan de deportación ordenado por el Gobierno para todos aquellos solicitantes de asilo que lleguen de manera irregular al Reino Unido. Esos solicitantes de asilo, serían deportados sin examinar si tienen derecho material a la condición de refugiados o no. Deportados sin más trámite a Ruanda, a 6.000 millas de Inglaterra, y no sabemos a qué distancia de su destino de origen.


La carta encabezada por Justin Welby, Arzobispo de Canterbury y Sarah Mullally, Obispa de Londres, salvaguarda la posición de Ruanda, un país con vínculos con Gran Bretaña que quiere desarrollarse en paz y que se encuentra en un esperanzado proceso de superación del terrible intento de exterminio de la población Tutsi por parte del gobierno hegemónico Hutu de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que se asesinó aproximadamente al 70 % de los tutsis. Se calcula que entre 500.000 y 1.000.000 de personas fueron asesinadas.


La responsabilidad de ese Plan de Deportación inmediata es del Reino Unido, "la vergüenza es nuestra" dicen los Obispos, y no es imputable al Gobierno de Ruanda sino al Gobierno que preside Boris Johnson


Según el plan del Gobierno tory la deportación de los solicitantes de asilo irregulares será automática de modo que no tendrán oportunidad de apelar o reunirse con su familia en Gran Bretaña, ni podrán presentar solicitud de asilo, ni tendrán atención respecto de sus necesidades médicas o de otro tipo, ni tendrán ninguna oportunidad de explicar su situación. Si llegan a UK de modo irregular serán deportados a Ruanda de manera inmediata.


El mensaje de los obispos señala que la mayor parte de esas personas que llegan a UK son personas desesperadas que huyen de horrores indescriptibles y de un peligro real de muerte o de sufrir torturas y pérdida de libertad en sus países de origen. Muchos son iraníes, eritreos y sudaneses que son perseguidos por causa de su religión, de su orientación sexual o de sus ideas políticas, y al margen de que lleguen al Reino Unido de manera irregular tienen derecho al menos a ser escuchados ya que muchos tienen derecho material al asilo.


El mensaje de los Obispos de la Iglesia de Inglaterra no es un autogratificante mensaje "buenista", es un alegato serio que apela a la responsabilidad política del Partido Conservador y que recuerda que Inglaterra es una nación liberal y democrática fundada sobre valores éticos y referencias jurídicas que en gran medida son valores de raíz cristiana y que no pueden traicionarse sin traicionarse a sí misma, y así dicen:


"No podemos ofrecer asilo a todos, pero no debemos externalizar nuestras responsabilidades éticas ni descartar el derecho internacional; que protege el derecho a solicitar asilo. Debemos acabar con el mal tráfico; muchas iglesias están involucradas en la lucha contra este mal.


Esto requiere una cooperación global en todos los niveles de la sociedad. Para reducir los viajes peligrosos al Reino Unido, necesitamos rutas seguras: la iglesia seguirá defendiéndolas.


Lo que los Obispos señalan nítidamente es que el sistema de deportaciones no es un sistema aceptable para evitar el tráfico ilegal y que define una política inmoral que avergüenza a Gran Bretaña.






Curiosamente la Compañía aérea encargada del primer vuelo de deportación sería una compañía española radicada en Mallorca, Privilege Style, cuya aeronave estaba dispuesta a partir, aunque fuera casi vacía al aeropuerto de Kigali desde las instalaciones militares de Boscombe Down, en la localidad de Amesbury.


De los 130 inmigrantes inicialmente preavisados sobre su inminente deportación, solo quedaba una decena, porque —como señalaban los Obispos—, se daban casos complejos que no podían resolverse de manera automática, razón por la que el Gobierno de Boris Johnson se ha echado atrás en la mayoría de los casos, por las dudas legales. Lo que hace que ese empeño no parece en este momento, dado el enorme coste de ese vuelo, una solución práctica sino más bien un empeño simbólico de Johnson, para demostrar que él no se pliega a consejos ni admoniciones de nadie.


Finalmente el vuelo hacia Ruanda previsto para el miércoles día 15 de Junio no despegó después de que un fallo judicial de última hora ordenara paralizarlo ya que, a juicio del tribunal, ninguno de los inmigrantes destinados a la deportación, por sus condiciones personales, podía ser

enviado a Ruanda.


No ha habido una prohibición general y explícita de dichas deportaciones, pero el tribunal obliga a que la deportación no puede ser automática, basada en la mera irregularidad de la llegada, sino que obliga a considerar de manera muy exhaustiva las condiciones personales y situación jurídica de cada uno de los eventuales deportados.


La ministra del Interior, Priti Patel, no se rinde ha dicho que "la preparación para el próximo vuelo comienza ahora".


Javier Otaola. De la Real Sociedad Bascongada de Amigos del Pais.



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