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“Mujeres de la Biblia judía” de Xabier Pikaza. Editorial Clie, 2013.

“Mujeres de la Biblia judía” de Xabier Pikaza. Editorial Clie, 2013.

“No he preparado este libro para expertos (aunque quiere ser riguroso), sino para aquellos que quieran conocer el sentido y función de la mujer en la cultura occidental, marcada de manera poderosa por la Biblia, en la que incluyo los libros del canon hebreo (Miqrá) y los que fueron añadidos en la diáspora helenista entre los siglos II-I a. C. (Biblia de los Setenta, LXX).” Xabier Pikaza.


Vivimos unos tiempos en los que todo lo femenino está siendo reivindicado. Se está llamando la atención a determinadas ideas, costumbres y comportamientos que se creían correctos pero que, al presente, evidencian una clara discriminación y trato de inferioridad hacia la mujer y que, por tanto, es necesario superar. Desde aquí es que en las últimas décadas la mujer se ha dedicado, cada vez más, a hacer teología, a interpretar las Escrituras desde una nueva perspectiva: la feminista. Como en todos los movimientos reivindicativos, a lo positivo se le suman algunos excesos, lo que va más allá de lo justo. Esto último también ha llegado al campo de la teología, con la interpretación de toda una serie de pasajes que más que en clave femenina, lo que se ha hecho es extraer conclusiones que no se ajustan a los mismos. Como consecuencia, el pensamiento original es relegado para imponer lo que allí no se encuentra, pero que se justifica siempre y cuando esté de acuerdo con determinadas tendencias actuales. Lo que se quiso decir originalmente no cuenta, prima lo que nosotros queremos que diga el texto.

El escrito de Xabier Pikaza no es lo que normalmente entendemos en un primer momento cuando leemos el título de un libro de esta temática. Estos libros suelen presentar a las distintas mujeres que aparecen en la revelación veterotestamentaria poniendo de relieve su fe, su correcto actuar y cómo de todo ello se pueden extraer enseñanzas para aplicar a la vida. La obra que tenemos entre manos no es así. Pikaza nos presenta los perfiles de estas mujeres y de todo lo femenino en lo que llamamos Antiguo Testamento (siguiendo el canon católico) desde la perspectiva de ellas. Por tanto no pretende extraer enseñanzas de corte espiritual o moralista, sino que incide y se centra en la personalidad y el comportamiento poniendo de relieve cómo ello fue entendido y plasmado en el texto sagrado desde una óptica masculina y cómo nosotros podemos leer esos mismos relatos sacando otras conclusiones al ponernos en el lugar de ellas.

Para este autor el texto bíblico no es un pretexto, sino que respetándolo nos da la visión que muchas de estas mujeres podrían haber tenido ante el tipo de vida que les tocó vivir. Una ventana abierta a sus sufrimientos y esperanzas, dentro de un contexto claramente patriarcal y que relegaba a la mujer y a lo femenino a lo secundario y prescindible.

Xabier Pikaza se coloca así en el lugar de la mujer, se calza sus zapatos y desde ahí lanza una nueva mirada al relato sagrado. Sin saltarse la cultura en la que vivieron la expone y con ello clarifica el trato que estas mujeres debían frecuentemente padecer. En ocasiones lo tenían asumido porque ese era el papel que se les había asignado y enseñado desde niñas pero, en tantas otras, se pone de manifiesto las grandes dificultades que tuvieron que soportar, este es el gran valor del libro.




El libro tiene una sencilla estructura de tres capítulos precedidos de una introducción.

En la introducción, el autor nos informa del propósito del libro y de la división del mismo. Ésta, como ya hemos apuntado, consta de tres capítulos titulados de la siguiente forma:

  1. En el principio. Las mujeres del recuerdo.

  2. Mujeres en crisis. La mutación judía.

  3. Eva. Las grandes mujeres del judaísmo.

El primero de los capítulos se ocupa de las mujeres que aparecen en el texto hebreo que son anteriores al exilio babilónico; el segundo es a modo de intermedio, ya que se enfoca en los siglos VI-V a. C. cuando se ha producido el nacimiento del judaísmo a partir de las traumáticas experiencias del exilio; el tercero abarca desde el siglo V al I a. C.

Destacables son dos índices que aparecen al final. Uno es “Personas y temas” en el que se puede buscar fácilmente cualquier persona y tema que aparezca en el libro estando todo ello en orden alfabético. Pero todavía es más útil el “Índice alfabético de mujeres y figuras femeninas principales”, ya que permite que el libro pueda ser usado a modo de diccionario al presentarse los nombres de las mujeres y figuras femeninas también por orden alfabético. Es esta precisamente la intención del autor al incluirlo.


Teniendo presente lo que ya dijimos en la primera parte de esta reseña, debemos resaltar algo que al creyente más conservador le puede chocar: el autor asume como propia la posición que más consenso actualmente tiene sobre el origen de la religiosidad de Israel o mejor dicho, del judaísmo. Para él es necesario tener presente un hecho central: el rechazo de la diosa.

El culto a ella habría sido parte esencial y aceptada desde los mismos inicios del pueblo hebreo y pasaría de esta forma a ser la esposa de Yahvé, se habría adorado a Yahvé y a su consorte Ashera.

El rechazo de la diosa Ashera, cuyo culto por parte del pueblo denuncian todos los profetas yahvistas una y otra vez en sus oráculos como una actividad idolátrica, se confirma en el judaísmo que nació como consecuencia del trauma del destierro, siendo precisamente esto una de sus señas de identidad. Desde aquí es que se habría realizado una revisión de las Escrituras que se tenían hasta ese momento imprimiendo en ellas la idea de exclusividad como pueblo escogido y el rechazo de lo femenino identificado como el origen de todos los males, de todas las idolatrías. Los partidarios del "solo Yahvé" se habían impuesto de una vez y para siempre.

Dicho lo cual, esto no debiera ser motivo de rechazo para aquellos que no comparten esta perspectiva ya que estamos ante un libro de innegable valor. Es una obra rigurosa resultado de una gran cantidad de lecturas como pone de manifiesto la abundante bibliografía que acompaña a cada capítulo. Esto también muestra que estamos ante una obra muy bien documentada que además se adentra en la sexualidad, la familia y los diferentes tipos de uniones que se daban.

Los llamados libros apócrifos por los protestantes, o los deuterocanónicos por los católicos, son también considerados. Esto ayuda a completar todo el cuadro de lo femenino en el pensamiento hebreo ya que llena el hueco histórico y literario existente entre los dos testamentos en las Biblias protestantes.

Pikaza maneja con gran soltura todo los textos que toca y los expone con claridad y, más allá de que una determinada interpretación nos parezca acertada o no, hay mucho de interesante en este libro que viene a nivelar y hacer protagonista a la mujer en medio de unos escritos que reflejan una cultura y una mentalidad en donde precisamente ellas eran, muy a menudo, nada más que una propiedad del varón, una cosa para usar y receptoras silenciosas y silenciadas de las injusticias y las frustraciones de los hombres.

En muchas ocasiones son estas mujeres las que aparecen como la contraparte de las acciones de violencia, ira e injusticia provenientes del varón. Son ellas las que muestran la compasión y el clamor por la justicia mostrándonos y anticipándonos al Dios compasivo que marca y llena el Nuevo Testamento.

Recomendamos la lectura de este libro, sin ninguna duda. ¿A quiénes? A todos los interesados en abordar de forma seria y rigurosa un tema tan espinoso como sigue siendo el papel de la mujer en la espiritualidad hebrea y cristiana y, por extensión, en toda la cultura occidental.


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