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- Entrevista a Raúl Arkaia, por Javier Otaola
Inglaterra, descubrí esta gran tradición gracias a ti y, posteriormente -de un modo más práctico-, gracias a Javier la IERE se limita a la comunidad de Pamplona, fundamentalmente, cuya comunidad lidera el Reverendo Javier
- ¿El corazón piensa?, por Javier Otaola
Una de las razones por las que Abraham Lincoln, Martin Luther King Jr., el Mahatma Gandhi, Jawaharlal Nehru y Nelson Mandela fueron grandes líderes para sus respectivas sociedades liberales es que «entendieron muy bien la necesidad de tocar los corazones de la ciudadanía y de inspirar deliberadamente unas emociones fuertes dirigidas hacia el bien común».../... «...las emociones, desde mi punto de vista, no son simples impulsos, sino que incluyen también valoraciones que tienen un contenido argumentativo...». cfr. La fragilidad del Bien. Martha Nussbaum En su libro Paisajes del pensamiento, Martha Nussbaum ha defendido con buenos argumentos que las emociones implican necesariamente valoraciones cognitivas, formas de percepción y/o pensamiento cargadas de valor y dirigidas a un objeto u objetos. Podría decirse que las emociones, en relación con opciones valorativas, serían una forma de ideas inarticuladas que pueden ser articuladas hermenéuticamente. Martha Nussbaum refuerza su posición remitiéndose a diversos trabajos de psicólogos cognitivos sobre emociones como la compasión o el asco. La filósofa Martha C. Nussbaum[1], —Premio Príncipe de Asturias 2012, en su condición de filósofa—, ha dedicado una parte importante de su trabajo filosófico a establecer correlaciones entre pensamiento y emociones, entre ideas y sentimientos, y lo ha hecho, además, partiendo de una extensa investigación sobre el Drama y la Tragedia en la Grecia Clásica, y en pensadores de referencia, específicamente Aristóteles. Nussbaum ha recuperado una de las escuelas del estoicismo más explícitas en la defensa de esta relación hasta el punto de que no establece división entre pensamiento y sentimiento. Nussbaum es hoy, la autora de filosofía moral que se ha significado defendiendo el valor cognitivo de las emociones, por representar juicios acerca del mundo, que pueden traducirse a juicios conceptuales. ¿Pero puede ser un sentimiento contestado por otro sentimiento, como una idea con otra? ¿pueden discutirse las emociones como se discuten las ideas? ¿Admiten réplica y contradicción? ¿No son los sentimientos ´pensados´ o ´sentidos´ vividos como evidencias? ¿Pueden los sentimientos refutarse como erróneos? [1] Martha C. Nussbaum. La fragilidad del bien: fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega Madrid. Visor, 1995.- Los límites del patriotismo: identidad, pertenencia y "ciudadanía mundial", compilado por Joshua Cohen; . Barcelona: Paidós Ibérica, 1999.- Paisajes del pensamiento: la inteligencia de las emociones Barcelona: Paidós Ibérica, 2008.- Libertad de conciencia [traducción de Alberto Enrique Álvarez y Araceli Maira Benítez]. Barcelona: Tusquets, 2009.- India: democracia y violencia religiosa [traducción de Vanesa Casanova]. Barcelona: Paidós, 2009.-Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades [Traducción de María Victoria Rodil]. Buenos Aires/Madrid, Katz editores, 2010.- Crear capacidades: propuesta para el desarrollo humano [traducción de Albino Santos Mosquera]. Barcelona, Paidós, 2012.-
- Bach & Lutero 2023, por Javier Otaola
ha tenido para mí unos días especiales en el pasado mes de junio cuando junto con mis amigos Ana y Javier
- Cristianismo y evolución, por Javier Otaola
El gran teólogo Juan Masiá [1]escribe en Religión Digital[2] una reflexión a propósito de la reacción de varios cardenales anti-sinodales que han intentado comprometer al Papa Francisco con la formalización de 5 dubia, es decir cinco cuestiones que ponen en entredicho la ortodoxia de la propuesta Papa. Frente a esa posición reactiva, frontalmente contraria a cualquier forma de teología evolutiva, Juan Masiá pone el dedo en la llaga señalando de que en el fondo "Teólogos y teólogas anti-sinodales no entienden que mentalidad sinodal y evolutiva son inseparables" Masiá, pone en evidencia que las 'dubia' cardenalicias, son prueba de una fe cristiana que niega la historicidad de la fe y la condición evolutiva de lo humano: "El catolicismo conservador no digiere la evolución" Teología y evolución Creer y comprender : "En el fondo de las “dudas” hay un problema de pensamiento y de espiritualidad: la falta de un pensamiento evolutivo y la falta de una espiritualidad de dejarse llevar por el Espíritu", de esas dudas se deriva un temor a cualquier evolución teológica que contradiga otras anteriores, así interroga una de sus dubia: ¿Es posible que la Iglesia enseñe hoy doctrinas contrarias a las que ha enseñado anteriormente en materia de fe y de moral, ya sea por el Papa “ex cathedra”, ya sea en las definiciones de un Concilio Ecuménico, ya sea en el magisterio universal ordinario de los Obispos dispersos por el mundo (cf. “Lumen Gentium” 25)? Los medios católicos favorables al Papa Francisco han saludado con respeto las respuestas informales del Papa a los dubia, que no se atienen a los términos literales de las preguntas; pero Juan Masiá cree que habrá que ir más allá : «si los cardenales de "voces ultras" pecan por exceso, Francisco se queda corto» —dice Juan Masiá: «Incluso los más progresistas, a la hora de la verdad tienen miedo a la evolución de las doctrinas, no se atreven a combatir el estreñimiento por miedo a las diarreas. Pero no tengan miedo. La diarrea, como el sudor y otras expulsiones de lo que atasca el tráfico vital, son beneficiosas para la salud corpórea y psíquica...» 03.10.2023 «El catolicismo conservador no digiere la evolución». La verdad es que con lo que hemos llegado a saber gracias al pensamiento científico y a los descubrimientos arqueológicos prehistóricos sobre nuestra estirpe Homo Sapiens, hoy es imposible entender el Mundo y la historia humana sin asumir el orteguiano principio de historicidad. Como decía el filósofo Karl Popper «en el mundo no hay cosas sino procesos», por lo que la evolución y el cambio es el marco de inteligibilidad del Universo, lo que en su día conmocionó el anquilosado pensamiento teológico de la época, ha sido integrado en el pensamiento vivo de la teología cristiana [3]. Curiosamente, la misma Iglesia de Roma comenzó a abrirse al sentido dinámico de la fe cristiana, que surge en la Historia de forma dramática y disruptiva, —herética podríamos decir— a partir de la matriz del judaísmo anclado en la Tanaj o Antiguo Testamento. Los cardenales escrupulosos que con sus dubia se aferran a la inmutabilidad literal de las doctrinas en las que se ha ido formulando la fe, presuponen una mentalidad sustancialista que no digiere la evolución. Juan Masiá va más allá: «Pero si los cardenales de "voces ultras" pecan por exceso, Francisco se queda corto». Los cardenales «en duda» alegan, —como lo hizo el Sanedrín condenando a Jesús— que la Revelación es inmutable y no valen nuevas interpretaciones, Francisco les dice que interpretar mejor es descubrir más su riqueza y expresarla mejor. Francisco es de la estirpe de Juan XXIII que decía: «Una cosa es la sustancia del depósito de la fe y otra la manera como se expresa». Felizmente para la Iglesia de Roma y para el cristianismo en su conjunto el Concilio Vaticano II optó por la evolución (Cfr. Dei Verbum 8 y Dignitatis humanae, 1) Juan Masiá incluso va más allá: «Las respuestas que dará la teología revisionista de mentalidad evolutiva tendrán que ser más radicales». [4] O sea una fe consciente y fiel a la verdad, a toda la verdad, no puede eludir el imperativo de repensarse con el lenguaje conceptual de cada momento histórico.[5] [1]Juan Masiá Clavel S.J. (Murcia, 1941) teólogo, profesor y escritor jesuita español. Sus posiciones sobre moral sexual y bioética han sido desautorizadas por sus superiores de la Compañía de Jesús y la Universidad Pontificia Comillas lo retiró de la dirección de la Cátedra de Bioética, que ostentó durante dos años. Obra n español:e El animal vulnerable (1997) Con Tomás Domingo Moratalla y Alberto Ochaíta Lecturas de Paul Ricoeur (1998) Aprender de Oriente (1998) Para Ser Uno Mismo: de la Opacidad a la Transparencia (1999) Respirar y Caminar: Ejercicios Espirituales en Reposo (2001) Caminos Sapienciales de Oriente (2002) Bioética y Antropología (2004) Pruebas Genéticas: Genética, Derecho y Ética (2004) Fragilidad en esperanza. Enfoques de Antropología (2004) La gratitud responsable (2004) Con Santiago Madrigal y Manuel Porras, Ser Humano, Persona y Dignidad (2005) Tertulias de bioética. Manejar la vida, cuidar a las personas (2006). [2] Masiá, ante las 'dubia': "El catolicismo conservador no digiere la evolución". 03/10/2023. RD [3]Pierre Teilhard de Chardin SJ (1 de mayo de 1881-Nueva York, 10 de abril de 1955) jesuita, paleontólogo y filósofo francés que aportó una visión de la evolución. equidistante en la pugna entre la ortodoxia católica y científica. Fue autor de varios libros teológicos y filosóficos de gran influencia, participó en el descubrimiento del Hombre de Pekín. En 1962, la Congregación para la Doctrina de la Fe condenó varias obras de Teilhard por sus supuestas ambigüedades y errores doctrinales. sobre algunas de sus ideas. [4] Cfr. Miller, Kenneth R.; (1999) Finding Darwin's God: A Scientist's Search for Common Ground Between God and Evolution. [5] Teilhard de Chardin, Pierre (1955) Le phénomène humain. (El fenómeno humano). Taurus, 1986. Harrison, Peter, ed. (2010). The Cambridge Companion to Science and Religion (en inglés). Cambridge University Press. .
- Anna Karenina y Tolstoi, por Javier Otaola
León Tolstói (1828-1910), fue un gigante, y no sólo como escritor, fue además una especie de profeta y un espíritu transgresor y creativo en todos los órdenes de la existencia. Para empezar, es el autor de dos grandes obras de la Literatura Universal como Anna Karenina o Guerra y Paz; pero no fue sólo eso, además fue una personalidad religiosa, enamorado de la figura de Cristo donde halló la clave del misterio humano y su propio camino de trascendencia. Sin embargo, chocó con la Iglesia Ortodoxa de Rusia demasiado sometida al Estado Ruso de la época. Tolstoi escribió varias obras de contenido específicamente religioso como “El reino de Dios está en vosotros”, “¿En qué consiste mi fe?”, “Crítica a la teología dogmática”, o “El evangelio abreviado”. Para Tolstoi el mensaje nuclear del cristianismo se resume en el sermón de la montaña, todo lo demás, incluídos los eventuales milagros que acompañan a la predicación de Jesús son añadiduras posteriores para hacer más cercana la figura de Jesús al pueblo más inculto, siempre expectante de "maravillas"; sin embargo, para Tolstói, todos esos milagros extraordinarios eran prácticamente hojarasca.Todo el mensaje de Cristo es para Tolstoi un mensaje de amor, lo demás son adornos. Así en “El reino de Dios está en vosotros”: “A diferencia de la fraternidad positivista, comunista y socialista, para la concepción cristiana del mundo, el amor no es una necesidad, ni se concentra en nada, sino que es un rasgo esencial del alma humana. El hombre ama no porque le sea ventajoso amar a este o a aquellos, sino porque el amor es la esencia de su alma, porque no puede no amar”. Pero las cuestiones metafísicas y los problemas del sentido de la vida que interesaron a Tolstoi no se manifiestan sólo en su biografía o en sus libros religiosos, sino que pervade su obra literaria, tuvo una importancia central en la existencia íntima y también pública del gran autor ruso y es el fundamento mismo de la gran novela Anna Karenina. Acabo de terminar de leerla y me han llamado la atención las tremendas expresiones de depresión y nihilismo de un de los personajes de la novela que se identifica fácilmente con el propio León Tolstoi, su alter ego Konstantin Dimietrivich Levin, que revelan una profunda crisis existencial del autor y una profunda inspiración cristiana en su pensamiento, como todo en él, personal y libérrima. Así describe Tolstoi a su alter ego: Un hombre corpulento, de anchos hombros y barba rizada. Rostro inteligente y valiente. A los 32 años, es una persona muy enérgica. Educado, trabajador, honesto. No creyente, pero respetando las creencias de los demás. No sólo la descripción física se le asemeja, también el alma de Levin es tolstoiana. Las reflexiones del personaje son en realidad las preguntas radicales de Tolstoi ¿qué es la vida y la muerte, el bien y el mal, si Dios es uno, por qué no hay una religión, ¿qué es “yo” y mi lugar en este mundo? ¿qué soy yo? Levin representa al mismo Tolstoi, no olvidemos que su nombre de pila en ruso es Lev, y el perfil del personaje se asemeja al de su autor. Aparece en la novela antes incluso que el personaje principal. Tiene treinta y dos años, está lleno de fuerza y energía, es muy tímido y vive como enojado consigo mismo por ello; sus puntos de vista cambian porque se trata en efecto de un buscador, siempre en movimiento. Se interesa, como Tolstoi, por la vida en el campo, trabajando la tierra, pero se desengaña pronto de las corrupciones e inercias de la organización de la vida campesina, cuando ya se había desengañado de la vida en la ciudad. Levin, como Tolstoi, no encuentra justicia en ninguna parte. Las simpatías de Levin, como las de Lev Tolstoi, están del lado de los campesinos. A Levin le atormentan los mismos pensamientos que a Tolstoi. “No se puede vivir sin saber qué soy y por qué estoy aquí. Y no puedo saber esto, por lo tanto, no puedo vivir” En una atmósfera de amor tan puro y espiritualizado, Levin finalmente comprende cual es el sentido de su vida. La novela termina con estas palabras: "toda mi vida, ... cada minuto de ella, no solo no carece de sentido ... sino que tiene un innegable sentido del bien, que tengo el poder de poner en ella ". Levin es una naturaleza íntegra, activa y exuberante. Acepta solo el presente. Su objetivo en la vida es vivir y crear, y no solo estar presente como un mero espectador. El héroe ama apasionadamente la vida, lo que significa para él crear vida apasionadamente. La búsqueda moral y el sufrimiento del personaje Levin Konstantin en la última parte de la novela evocan los mismos pensamientos de Tolstoi en lo que el autor hablará pronto en su libro la Confesión (1879-1889). Tolstoi en Anna Karenina muestra los dos sentimientos más importantes inherentes al hombre. Amor y odio. El amor de Anna Karenina está condenado desde el principio. Primero, engaña a su esposo y traiciona a toda su familia. En segundo lugar. Anna está en realidad más enamorada del Amor como idea y como ensoñación narcísica que de Vronsky, la persona de su amado; Anna Karenina como Madame Bovary sufre el síndrome del Amor enamorado de sí mismo, el anhelo de una orgía perpetua llena de emociones y de pasión, del que habla Mario Vargas Llosa.[1] Anna como Emma, no sienten amor por su pequeña hija, lo que quieren es, sobre todas las cosas, experimentar emociones agudas, romance, pasiones, despreocupación. A lo largo de la novela de Tolstoi, Anna ni una sola vez da el concepto que tiene del amor y no explica el sentido profundo de ese sentimiento. Lo que la atormenta es que, a su juicio, no se le está prestando la atención con la que tanto soñaba en su relación con su amante. Precisamente porque no es amor real, sino una forma sutil de amor propio, pronto se convierte en odio, contra sí misma y contra su amante a quien quiere castigar con su propia muerte. El amor de Levin por Kitty es de otra naturaleza. La víspera de su declaración Levin No come casi nada, no puede dormir: “Toda la noche y toda la mañana, Levin vivió de manera completamente inconsciente y se sintió completamente alejado de las condiciones de la vida material. Se sentía completamente independiente del cuerpo: se movía sin el esfuerzo de los músculos y sentía que podía hacer cualquier cosa. Estaba seguro de que volaría o movería la esquina de la casa si fuera necesario. Y lo que vio entonces, nunca lo vio después. En particular, los niños que iban a la escuela, las palomas grises que volaban desde el techo a la acera, y las tortas, espolvoreadas con harina, que fueron apagadas por una mano invisible, lo tocaron. Estos escarabajos polares, palomas y dos niños eran criaturas sobrenaturales. Todo esto junto fue tan extraordinariamente bueno que Levin se rió y lloró de alegría ". Levin quería que su amor se convirtiera en una familia de amor mutuo; sin amor, no le veía sentido; porque el amor de Levin era genuino, altruista, tenía futuro: “Levin ha estado casado por tercer mes. Estaba feliz, pero no como se esperaba. A cada paso, encontraba desilusión en sueños anteriores y un nuevo encanto inesperado. Levin estaba feliz, pero cuando entró en la vida familiar, vio a cada paso que esto no era en absoluto lo que había imaginado. A cada paso, experimentaba lo que un hombre experimentaría, admirando el movimiento suave y feliz de un bote en el lago, después de que él mismo se subiera a este bote. Vio que no solo necesitaba sentarse derecho sin balancearse, también tenía que pensar, sin olvidar por un momento dónde nadar, que había agua debajo de sus pies y era necesario remar, y que era doloroso por inusuales manos, que solo era fácil mirarlo, y que aunque es muy alegre hacer esto, es muy difícil ". Levin como Tolstoi se atormenta también por la búsqueda del sentido “Por primera vez, Levin miró los temas de la vida y la muerte a través de esas nuevas, como él las llamó, creencias que, inadvertidas para él, en el período de veinte a treinta y cuatro años, reemplazaron sus creencias de infancia y juventud, - No le horrorizaba tanto la muerte cuanto una vida sin el menor conocimiento de dónde, para qué, por qué y qué es. El organismo, su destrucción, la indestructibilidad de la materia, la ley de conservación de la fuerza, el desarrollo: estas fueron las palabras que reemplazaron su antigua fe. Estas palabras y conceptos relacionados fueron muy buenos para propósitos mentales; pero no le dieron nada para entender la vida, y Levin de repente se sintió en la posición de un hombre que cambiaría un abrigo de piel caliente por ropa de muselina y que por primera vez en el frío, sin duda, no con el razonamiento, sino con todo su ser, se habría convencido a sí mismo de que no le importaba lo desnudo que se sentía y de que inevitablemente moriría dolorosamente ".Levin, no puedo olvidar que, durante el parto de su esposa, le sucedió un hecho insólito. Él, un incrédulo, comenzó a orar, y en el momento en que oró, creyó. Pero este minuto pasó, y él no podía darle ningún lugar en su vida a ese estado de ánimo que apenas duró unos minutos. La fe se le presenta más como un estado de ánimo, como un acto de confianza profunda; como dice Lutero la fe se le presenta como "fiducia" más que como aceptación intelectual de unos postulados detallados y concretos. Un día soleado, en el pueblo, Levin entabla una conversación con el campesino Fyodor, y el campesino le dice palabras luminosas: «Algunos hombres viven solo para sus propias necesidades, solo llenan su estómago pero Fokánich es un anciano justo. Vive para el alma. Se acuerda de Dios.» Konstantin Dmitrievich Levin es uno de los personajes centrales, tanto como Anna Karenina que da nombre a la novela, y así dice Tolstoi: .«Una alegría hasta entonces desconocida se apoderó de él [Levin]. Al oirle decir a Fiódor que Fokánich vivía para el alma, respetando la verdad y siguiendo la Ley de Dios, unos pensamientos, confusos, pero de enorme importancia, surgieron en tropel en algún rincón de su ser y, tendiendo todos a un mismo fin, se pusieron a revolotear en su cabeza, cegándole con su luz» En la novela de Tolstoi la importancia primordial no pertenece a la finalización de la trama de las disposiciones, sino al "concepto creativo" que obedece a la lógica de la vida; uno de sus objetivos artísticos internos es superar las convenciones literarias. La trama de "Anna Karenina" es "la historia del alma humana", tal y como la entiende Tolstoi, que entra en un duelo fatal con los prejuicios y leyes de su época; algunos no resisten esta lucha, porque no comprenden la verdad de las personas que les rodean y mueren (Anna), otros "bajo la amenaza de la desesperación" llegan a la conciencia de la "verdad de la gente" y las formas de renovar la sociedad, y viven (Levin). En la últimas líneas de la gran novela Anna Karenina, el personaje de Levin —el trasunto del propio Tolstoi— se confiesa: «Yo no sé si a esto se le puede llamar fe o no, pero ese sentimiento ha penetrado de manera imperceptible en mi alma con los sufrimientos y ha arraigado con firmeza.../...Pero ahora mi vida, toda mi vida, desde el primero al último de sus minutos, independientemente de lo que pueda sucederme, no sólo no carecerá de sentido, como antes, sino que tendrá todo el sentido indiscutible del bien, al que seré capaz de conformar todos mis actos» ▪️ · [1] Mario Vargas Llosa.La orgía perpetua. Flaubert y Madame Bovary (1975)
- Cristianismo, Ciencia y homosexualidad, por Javier Otaola
Hace 33 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Con anterioridad ya se había excluido del “Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales” de la Asociación Americana de Psiquiatría, una referencia obligada en la valoración de la salud y la enfermedad psiquiátricas. En unos 70 países se sigue considerando delito. Algunos grandes personajes de la Historia han sido homosexuales Sócrates, Platón, Alejandro Magno, Leonardo Da Vinci, Michelangelo, la Reina Cristina de Suecia, amiga de Descartes, Sor Juana Inés de la Cruz, Jane Addams... El último Sínodo de la Iglesia de Inglaterra (2023) —la Iglesia Madre de referencia en la Comunión Anglicana, aprobó por sus tres cámaras (obispos, presbíteros y laicos) la autorización a las parroquias que lo deseen para impartir un ceremonial de bendición a las parejas homosexuales que de alguna manera estén comprometidas en una relación estable y que deseen bendecir ese compromiso en el seno de su Iglesia. La decisión del Sínodo asume de ese modo la normalidad de la afectividad homosexual, con su propia naturaleza, distinta de la heterosexualidad pero que como todo lo humano puede y debe vivirse virtuosamente según los valores cardinales de Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza [*], y las virtudes teologales de Fe, Esperanza y Caridad. La Iglesia de Inglaterra no dispensa la condición de matrimonio cristiano a las parejas homosexuales por considerarse un afecto y una relación, que siendo legítima no tiene el carácter sacral de las uniones heterosexuales, ˝de suyo˝ abiertas a la procreación, una relación que no asume asume el valor bíblico de representar la imagen de Dios mismo: «y lo creo varón y mujer». En la tradición clásica y grecolatina, asumida tácitamente por la misma Iglesia de Inglaterra los afectos y las relaciones homosexuales son considerados como una "amistad particular"[1] a la que cabe reconocer la dignidad de cualquier otro afecto personal y que puede vivirse con plena humanidad. Hablando de esa dignidad propia y característica de esa amistad particular, me vienen a la memoria las hermosas palabras de Michel de Montaigne a la muerte de su amigo esencial, Etienne de la Boetie: "Si comparo todo el resto de mi vida con los cuatro años que me fue dado disfrutar de la dulce compañía y sociedad de esa persona, no es más que humo, no es más que una noche oscura e insípida. Desde el día que le perdí no hago más que arrastrarme y languidecer, y los mismos placeres que me ofrecen, en lugar de consolarme, hacen que se recrudezca el valor de su pérdida. Nosotros íbamos en todo a medias." No siendo la bendición propuesta por el Sínodo Anglicano una fórmula sacramental es sin embargo una genuina bendición —dice bien y desea bien— es decir un reconocimiento de que es posible una unión afectivo-sexual entre personas del mismo sexo que no siendo matrimonio sin embargo merece respeto y bendición como una amistad particular que no es anatema, como así ha sido en el pasado. Este mismo año el Papa de Roma ha autorizado la bendición de las parejas homosexuales en el seno de la Iglesia Católica con una larga nota explicativa que no modifica la tacha de pecado grave para toda forma de relación afectivo-sexual entre personas del mismo sexo: «Desde un punto de vista estrictamente litúrgico, la bendición requiere que aquello que se bendice sea conforme a la voluntad de Dios manifestada en las enseñanzas de la Iglesia». Y añade: «10. Las bendiciones se celebran, de hecho, en virtud de la fe y se ordenan a la alabanza de Dios y al provecho espiritual de su pueblo. y «recuerda que cuando, con un rito litúrgico adecuado, se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas, lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor. Por ello, dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial. La sustancia de este pronunciamiento fue reiterada por el Santo Padre en su Respuestas a los Dubia de dos Cardenales». Para salvar esta constante doctrina de Roma que repudia como ilícita las relaciones homosexuales la decisión del Papa sobre la bendición se reduce en su significado a una fórmula de confianza en Dios, y de búsqueda de acercamiento a la Iglesia, o sea a un bien posible en medio de una situación indeseable, pero no una aceptación: «Así, la Iglesia es el sacramento del amor infinito de Dios. Por eso, cuando la relación con Dios está enturbiada por el pecado, siempre se puede pedir una bendición, acudiendo a Él, como hizo Pedro en la tormenta cuando clamó a Jesús: «Señor, sálvame» (Mt 14, 30). En algunas situaciones, desear y recibir una bendición puede ser el bien posible. El Papa Francisco nos recuerda que «un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades».[28] De este modo, «lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado».
- Bendita homosexualidad, por Javier Otaola
Javier Otaola. Director del Blog Escritorio Anglicano (Iglesia Española Reformada Episcopal).
- El imperativo herético (Peter Berger), por Javier Otaola
[Expulsión del Templo de cambistas y mercaderes. Caravaggio] El término herejía ha sido utilizado siempre con la peor de las intenciones y está cargado de connotaciones negativas, sin embargo, quiero desvelar el valor moral y espiritual que tiene la herejía [1]y descubrir el mandato herético que, a mi juicio, subyace en la vida y mensaje del mismo Cristo. Quizá podría pensarse que, entre nosotros, en sociedades tan secularizadas prestar atención a esta cuestión de la herejía es un entretenimiento ocioso, sin embargo, soy de la opinión de que la tradición religiosa de Occidente es el sustrato de nuestra tradición jurídica, política y filosófica y tenerlo en cuenta es tener en cuenta nuestras raíces. El concepto de herejía es, intelectual y espiritualmente, esencial para entender el curso de nuestra historia, tanto religiosa como secular, y no podemos pasar por alto el hecho de que nuestra raíz cristiana está sostenida sobre un constante ejercicio de lo que el teólogo-sociólogo Peter Berger llama el imperativo herético [2] , imperativo que funda la posibilidad misma de la afirmación religiosa en la modernidad y la postmodernidad por cuanto que la proclamación de la fe como acceso al fondo de nuestro ser, es ella misma una herejía en nuestro Mundo secularizado. Como es sabido el término herejía trae su raíz y su significado de la palabra griega hairesis (αιρεσις), que significa «elegida» (cosa)/ «elección». No es de extrañar, por lo tanto, que, en las sociedades tradicionalistas, estrictamente monolíticas, en las que la unanimidad es condición indispensable de la paz social, en las que cualquier diferencia es sospechosa de traición, de soberbia o desafío, la herejía sea asimilada prácticamente a la rebelión. La herejía como categoría condenatoria tiene su origen en el mundo religioso y en las luchas jerárquicas en torno a cualquier «verdad» definida dogmáticamente ya sean verdades políticas o religiosas. Podemos trasladar el concepto de «hereje» a todas aquellas situaciones sociales en las que se impone coactivamente a la conciencia individual un pensamiento único y forzoso. Hemos pasado por alto que el propio mensaje de Cristo es herético en múltiples y radicales aspectos respecto de la interpretación sacerdotal de la Tanaj: Cristo se confrontó con la ortodoxia de la religión judía, una religión del Templo, administrada por una casta de sacerdotes y doctores de la Ley, con sus propios dogmas según las cuales el Mesías-Rey esperado no podría ser un simple carpintero, vecino de Nazaret acompañado de unos ignorantes pescadores y de algunas mujeres de mala fama, sino que tenía que ser alguien con mejores referencias. Cristo – el Logos— se mostró como un hereje desafiando esa imagen ortodoxa y tradicional del Mesías-Rey que era a fin de cuentas la imagen defendida por el "Templo" judío y por su Sanedrín – y comparece como un Mesías, no político, sino espiritual, no nacionalista sino universal, metafísico, vagabundo, un Mesías que no tiene donde caerse muerto, que perdona a las adúlteras y se relaciona con prostitutas reconvertidas, que elogia a los samaritanos —herejes del judaísmo oficial, que no reconocían la supremacía del Templo de Jerusalén—, un Jesús que come con colaboracionistas del Imperio Romano (publicanos que recaudan impuestos para el invasor pagano) un Mesías que entra en connivencia con el enemigo ocupante, aceptando pagar tributo al César, que se relaciona con Centuriones y cura a sus criados, paganos e idólatras, que relaja el estricto cumplimento de la Ley del Sinaí en nombre del amor. [Jesus habla con el centurión, y cura a su criado] Un Cristo, que sugiere un Dios Trinitario y que se atreve a llamar " abbá" (papá o padre en arameo) a YHV el Dios innombrable..., un Cristo juzgado y condenado como hereje por el Sanedrín según la Ley mosaica, y luego entregado por el Sumo Sacerdote a Pilatos, Gobernador romano, acusado de sedición y de pretendiente al Trono de David o sea Rex Iudaeorum. Jesús haciendo prevalecer el mandamiento del amor menosprecia la Ley del Sinaí que se declaraba eterna como el Mundo, menosprecia el Sabbath, y la circuncisión, expulsa a los cambistas y mercaderes del Templo, confunde las Tribus de Israel entre los pueblos gentiles, relativiza las leyes de pureza de los alimentos, cuando los Macabeos prefirieron morir antes que comer carne de cerdo... INRI Hoy, las mismas críticas de teólogos y moralistas nos invitan a defender los derechos de las mujeres, de las personas homosexuales, de una sexualidad menos estigmatizada, a propiciar el diálogo con las nuevas tradiciones espirituales..., herejía es elegir, es respetar la libertad del Espíritu, que sopla por donde quiere. —Deus semper Maior. [1] Cross, F. L., y Elizabeth Livingstone, eds. 1974. "Heresy." diccionario Oxford de la iglesia cristiana (2.ª ed.). Oxford: Oxford University Press. [2] The Heretical Imperative. Peter L. Berger. New York, Anchor Press/Doubleday, 1979.
- Navidad luterana, por Javier Otaola
¡Feliz Navidad a todos¡ Javier Otaola. Abogado y Escritor.
- Benedicto XVI en Westminster, por Javier Otaola
El que fuera papa Benedicto XVI despertaba en mi —como cristiano protestante— sentimientos contradictorios, por un lado es notorio que era teológicamente conservador, sosteniendo desde siempre posiciones irreductibles en relación con la homosexualidad, o la contracepción, con un sentido muy "romano" y piramidal del cristianismo; pero por otro lado tenía un conocimiento profundo de la teología cristiana y un sentido natural de la belleza de la fe. Su pontificado tiene para mí su punto álgido en su viaje el 16 de septiembre de 2010, al Reino Unido; la primera visita de un Papa desde la Reforma inglesa (Acta de 1533). La visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña fue significativa por muchas razones, no olvidemos que aunque la Reforma protestante nace en Alemania en el siglo XVI — 1517— de la mano de Martin Lutero, el cristianismo protestante se ha difundido por el mundo —670 millones aprox— a través de la cultura anglosajona (anglicana y presbiteriana) a partir de la negación de la jurisdicción universal del papado que proclamó Enrique VIII y apoyaron teológicamente el escocés John Knox, y el Arzobispo mártir, Thomas Cramer. El viaje de Benedicto, su encuentro con la Reina Isabel II y la celebración conjunta con el Arzobispo de Canterbury Rowan Williams y los líderes de la Iglesia de Inglaterra en un encuentro de oración en la Abadía de Westminster fue histórico. En esa ocasión Benedicto XVI saludó, entre otros, a la Reverenda Jane Hedges, canóniga de la Abadía y una de las mejores representantes del clero femenino anglicano. Ese saludo protocolario con Benedicto XVI fue un ejemplo de que la jerarquía católica no puede evitar —en nuestro mundo post-cristiano y secularizado— la apertura y el diálogo con las demás Iglesias y que a pesar de las diferencias teológicas y eclesiológicas, no mayores que las que existieron en los primeros tiempos del cristianismo, todas ellas pueden reconocerse en lo esencial a saber: Juan 1, 1, Mateo XXV, I Corintios XIII. La Comunión Anglicana tiene además la particularidad, por su estructura episcopal que se reclama de la sucesión apostólica, de ser entre las tradiciones protestantes la más próxima en sus liturgias y en su teología a la Iglesia de Roma y al mismo tiempo la Comunión Anglicana forma, de pleno derecho, parte de la Reforma Protestante (s. XVI): el primer gran movimiento moderno, espiritual y moral, pero también político, revelador del significado ontológico de la conciencia individual, proclamando a partir de la matriz medieval del catolicismo, la exigencia cristiana del libre examen, dando lugar a la idea misma del ser-humano como ser autónomo y responsable. Sería bueno recordar que la Comunión Anglicana no es una estructura orgánica unitaria y jerárquica como el catolicismo-romano sino que representa una forma a medio camino entre la eclesiología católico-romana y el congregacionalismo calvinista y está formada en estos momentos por 38 iglesias nacionales independientes entre sí, entre ellas la Iglesia Española Reformada Episcopal, en el que el Arzobispo de Canterbury es un factor de unidad de la Comunión pero sin jurisdicción canónica más allá de la Iglesia de Inglaterra. Para terminar, quiero señalar las palabras del Arzobispo de Canterbury Rowan Williams ante Benedicto XVI en aquella ocasión, que definen muy bien el estilo eclesial del cristianismo anglicano: “No buscamos como Iglesias el poder politico, ni el control o el dominio de la fe cristiana en la esfera pública, sino la oportunidad de dar testimonio, de argüir, en ocasiones de protestar y también de afirmar- en definitiva de jugar nuestro papel en los debates públicos de nuestras sociedades. Y seremos efectivos en nuestro papel no cuando hayamos logrado dominar a nuestro favor las combinaciones políticas sino cuando hayamos convencido a nuestros conciudadanos de que la vida de fe es una vida bien y gozosamente vivida.” —Que así sea.
- Un anglicano prior de la Comunidad ecuménica de Taizé, por Javier Otaola.
El Hermano Matthew, de confesión anglicana, será nuevo prior de Taizé la Comunidad monástica fundada en El 17 de abril de 1949, día de Pascua, por su primer prior, Roger Schutz *y los hermanos Max Thurian [1], Pierre Souvairan, Daniel de Montmollin, Robert Giscard, Axel Lochen y Albert Lacour que asumieron un compromiso cristiano ecuménico, más allá de sus diferencias denominacionales, para constituir una vida de comunidad, en celibato y en condiciones de sencillez. Después de la muerte del prior Roger Schutz, teólogo suizo de confesión reformada, le sustituyó en el hermano Alois, de confesión católico-romana y a partir del 3 de diciembre de 2023 le sustituirá como como prior de la comunidad ecuménica a partir del 3 de diciembre el hermano Matthew, nuevo prior de Taizé que ha declarado: "La comunidad ha entrado en una fase de creciente de sinodalidad, de implicación. Quiero escuchar" En la Pascua de 1970, el hermano Roger lanzó una propuesta a los jóvenes: un Concilio para ellos, que se celebraría en 1974 y en el que por cosas de la vida tuve la suerte de participar, en la colina de Taizé, en la borgoña francesa, desde entonces hasta este momento han cambiado muchas cosas en el Mundo, en la Iglesia universal y por supuesto en mí mismo, pero me siento vinculado a aquella experiencia que me permitió conocer la extraordinaria aventura de Taizé de uno de sus hermanos fundadores, el hermano Robert Giscard [2], que era el hermano hospitalario para los peregrinos que veníamos de España—que por cierto era primo del que sería presidente de la República francesa— La Comunidad de Taizé se ha ido desarrollando a lo largo de los años. Hoy, se compone de más de un centenar de hermanos originarios de una treintena de países y cristianos procedentes de diversas confesiones. La Comunidad es un signo visible, práctico y palpable de la reconciliación y unidad de los cristianos. El estilo de pobreza de la la Comunidad no les permite aceptar ningún donativo que podría adulterar su independencia espiritual y los hermanos se ganan la vida con su trabajo, y sus herencias personales, si las tuvieran tampoco pasan a manos de la Comunidad, sino que se entregan a los más pobres. Por todo el mundo hay pequeñas fraternidades de hermanos en los barrios pobres de Asia, América del Sur y del Norte y África. El hermano Matthew relata así el origen de su vocación para la vida en comunidad en Taizé: «Me impresionó mucho ver a hermanos de diferentes confesiones viviendo la llamada de Jesús a la unidad en [el evangelio de] Juan, sin pretender tener todas las respuestas, y viviendo de esta oración. En Taizé me pareció que Cristo decía "ven y sígueme"; así que pregunté a los hermanos si podía quedarme un poco más. Me di un año de descanso y al cabo de unos meses fue como si no hubiera otra opción: tenía que arriesgarme por Cristo, por el Evangelio. Entré en la comunidad en 1986. Para mis padres, aceptar esta decisión no fue fácil, pero yo sabía que una vez que llegaran a Taizé lo entenderían. Así fue y desde entonces me han apoyado mucho». En relación co la nueva responsabilidad que asume en la Comunidad como prior, dice: «En primer lugar debo decir que siento una inmensa gratitud por el ministerio del Hermano Alois. No pretendo hacer algo nuevo, sino continuar el camino que él ha trazado. Para mí lo importante no es tanto hacer planes como escuchar lo que dice el Espíritu Santo, lo que dice la comunidad, lo que pedimos a la sociedad y a la Iglesia a través de las personas que nos cruzamos en nuestro camino. El prior es descrito en nuestra Regla como un servidor de la comunión: es un ministerio de unidad. La comunidad está atravesando un momento importante: ya son unos quince los hermanos que no conocen al hermano Roger, el relevo generacional es evidente. También estamos atravesando un periodo de cambio en la Iglesia, en particular con el proceso sinodal». Hablando de su condición de cristiano de tradición anglicana confiesa: «La Comunión anglicana reúne hoy algo muy amplio, con muchas tendencias, a veces muy diferentes. Nos gustaría que esta Comunión permaneciera unida, pero actualmente está amenazada. Para mí está por encima de todo esto: el deseo de estar juntos, que tiene prioridad y forma parte de mi herencia anglicana. Al mismo tiempo, debemos escuchar los temores y ansiedades de todos y tomarlos en serio. Si alguien tiene una preocupación, hay una razón, hay que tenerla en cuenta, incluso a costa de no "seguir adelante" tan rápidamente como nos gustaría, porque se trata de caminar juntos, de mantener la unidad o de apuntar a una solución provisional y luego volver sobre la cuestión. Y luego a los anglicanos nos gusta cantar, tenemos una hermosa tradición de himnos, y esto es algo que encontré en Taizé, que me atrajo desde el principio. He hablado antes de la llamada interior que sentí, pero también significó mucho ser acogido por una comunidad para la que el canto es fundamental. Hoy nuestro repertorio es conocido en todo el mundo; estos cantos no son sólo nuestros y ésta es la mejor recompensa». + Que Dios le bendiga en su tarea como prior y bendiga también la hermosa tarea de la Comunidad de Taizé como fermento de unidad entre los cristianos. + * Roger Schutz, más conocido como Hermano Roger, Roger de Taizé o frère Roger (Provence, cantón de Vaud, Suiza, 12 de mayo de 1915 - Taizé, Francia, 16 de agosto de 2005) fue el fundador y prior de la Comunidad de Taizé. Obra: 1958, Vivir del hoy de Dios; 1965, Dinámica de lo provisional; 1965, La unidad, esperanza de vida ;1968, La violencia de los pacíficos; 1968, La regla de Taizé; 1971, Que tu fiesta no tenga fin; 1973, Lucha y contemplación; 1976, Vivir lo inesperado; 1979, Asombro de un amor; 1980, Las fuentes de Taizé; 1982, Florecerán tus desiertos; 1985, Pasión de una espera; 1988, Su amor es un fuego; 1995, En ti la paz; 2001, Dios solo puede amar; 2005 ¿Presientes una felicidad? (Presses de Taizé/Seuil); 1992, junto con Madre Teresa: La oración, frescor de una fuente [1]Max Thurian (Ginebra, Suiza, 16 de agosto de 1921 - 15 de agosto de 1996), teólogo y cofundador, junto con Roger Schutz, de la ecuménica Comunidad de Taizé. Nació en Ginebra en 1921. En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, conoce a Roger Schutz, pastor protestante suizo y fundador de la comunidad de Taizé. Fue uno de los primeros hermanos de la comunidad. Observador en el Concilio Vaticano II y artífice del diálogo teológico ecuménico. [2]Robert Giscard (1923-1993) visitó por primera vez a Taizé como estudiante de medicina en la Pascua de 1948, decidió incorporarse a la comunidad tras finalizar sus estudios e hizo la profesión el 17 de abril de 1949. Inicialmente Giscard ejerció como médico en Taizé; más adelante se ocupó de la música religiosa, y junto con Jacques Berthier desarrolló el género “Canciones de Taizé”. Su hermano Alain Giscard, científico agrícola, fue el octavo en unirse a la Comunidad de Taizé.
- La espiritualidad de René Descartes, por Javier Otaola
René Descartes: "Dios es mi Creador" Pintura de Descartes, s. XIX, por Francis Hals, Galería de Louvre. René Descartes (1596 - 1650) es considerado el fundador de la filosofía moderna Propuso un nuevo método para todas las ciencias y disciplinas, que consiste en un análisis y una síntesis, descomponiendo de los problemas complejos en partes más sencillas, de forma que progresivamente se vayan resolviendo, desde los más básicos hasta los más complejos bajo un principio no sólo de verdad sino también de certeza, de modo que una verdad que no se puede presentar como certeza no respondería al Método cartesiano, sería en todo caso una "verdad" insegura, incierta, quizá probable, incluso quizá razonable pero no a prueba del método de la Razón metódica. Sus obras filosóficas más destacadas fueron "Reglas para la dirección de la mente" (1628), "Meditaciones Metafísicas" (1641), "Principios de Filosofía" y "Discurso del método" (1637), donde estableció una clara ruptura con la escolástica y la tradición aristotélica, y a la vez, presentó una descripción de las leyes de refracción y reflexión de la luz (dióptrica), y anunció que el empleo de su método serviría de base para probar la existencia de Dios y el alma. Así mismo, en sus ensayos científicos sobre física, formuló la Ley de inercia, trató sobre el fenómeno del magnetismo, y formuló un método para las matemáticas, estudiando vectores y algoritmos matemáticos. Descartes, fue un intelectual que ha marcado con su pensamiento la Historia misma del entendimiento humano y fue además un creyente convencido, que a través de su obra se confrontó con otro gran cristiano, Blaise Pascal. Algunos de sus textos más significativos: "Esta verdad, pienso, luego existo, era tan firme y segura que no eran capaces de conmoverla las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía aceptarla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que buscaba. Para pensar es necesario existir". (DM, IV; AT VI 33: DM, IV ; AT VI 32) "La existencia de Dios es más cierta que el más cierto de todos los teoremas de la geometría. Para alguien que presta atención a la inmensidad de Dios, es evidente que nada realmente puede existir que no dependa de Él. Esto es cierto no sólo de todo lo que subsiste, pero de todo orden, de toda ley, y de toda razón de la verdad y la bondad... porque Él se determinó a sí mismo hacia aquellas cosas que deberían llevarse a cabo, por esa razón ... ellas son muy buenas; es decir, la razón de su bondad es el hecho por el cuál Él deseó crearlas así". (Sexta Respuesta) En su obra clave "Discurso del método", Descartes reconoció que era imposible que la Creación se hubiese creado a sí misma a partir de la nada.: "En relación con los pensamientos que poseía de seres que existen fuera de mí, tales como el cielo, la tierra, la luz, el calor y otros mil, no encontraba dificultad alguna en conocer de dónde provenían pues no constatando nada en tales pensamientos que me pareciera hacerlos superiores a mí, podía estimar que si eran verdaderos, fueran dependientes de mi naturaleza, en tanto que posee alguna perfección; si no lo eran, que procedían de la nada, es decir, que los tenía porque había defecto en mí. Pero no podía opinar lo mismo acerca de la idea de un ser más perfecto que el mío, pues que procediese de la nada era algo manifiestamente imposible y puesto que no hay una repugnancia menor en que lo más perfecto sea una consecuencia y esté en dependencia de lo menos perfecto, que la existencia en que algo proceda de la nada, concluí que tal idea no podía provenir de mi mismo. De forma que únicamente restaba la alternativa de que hubiese sido inducida en mí por una naturaleza que realmente fuese más perfecta de lo que era la mía y, también, que tuviese en sí todas las perfecciones de las cuales yo podía tener alguna idea, es decir, para explicarlo con una palabra: que fuese Dios." ["Discurso del método". Cuarta parte. Trad. de G. Quintás. 1981. Madrid. Alfaguara] Pensamientos, Blaise Pascal "Por Dios entiendo una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, que todo lo conoce, que todo lo puede, por la cuál yo, y todas las otras cosas que existen, si fuera así, fueron creadas. . . Estas propiedades son tan grandiosas y excelentes, que mientras más atentamente las considero, me siento menos persuadido de que una idea así proceda sólo de mí. Y por lo tanto es absolutamente necesario llegar a la conclusión, de todo lo que he dicho antes, de que Dios existe. Pues aunque yo tenga la idea de substancia en virtud de ser yo una substancia, no podría tener la idea de una substancia infinita, siendo yo finito, si no la hubiera puesto en mí una substancia que verdaderamente fuera infinita..." [Meditaciones metafísicas, (1641).] Descartes aclaró que no llamaba "substancia infinita" a Dios, en el mismo sentido que llamaba a la "substancia finita". Para él, Dios es independiente del hombre, mientras que el hombre es dependiente de Dios: "El término no es aplicable a Dios y a las criaturas en el mismo sentido . . . Con respecto a lo que consideramos como cosas o modelos de las cosas, vale la pena examinar cada uno de ellas por sí misma. Por sustancia no podemos entender nada más que una cosa, que existe de tal forma que no se halla en la necesidad de nada más allá de sí misma con el fin de su existencia." Y, en verdad, no puede ser concebida sino una sustancia que es absolutamente independiente, y ésta es Dios. Percibimos que todas las otras cosas sólo pueden existir con la ayuda de la concurrencia de Dios. Y, en consecuencia, el término sustancia no se aplica a Dios y las criaturas unívocamente, para adoptar un término familiar en las escuelas, es decir, ninguna significación de esta palabra puede entenderse distintivamente a lo que es común a Dios y a ellos." [“Principios de filosofía” (1644), LI.] “…Al pasar del conocimiento de Dios al conocimiento de las criaturas, es necesario recordar que nuestro entendimiento es finito, y el poder del Dios, infinito.” ["Principios de filosofía” (1644) XXIV.] "Yo concibo a Dios como realidad infinita, de modo que nada puede añadirse a su perfección". (Meditación III: En Dios: Que Él Existe) "Si no supiéramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero proviene de un ser perfecto e infinito, entonces, por claras y distintas que nuestras ideas fuesen, no habría razón alguna que nos asegurase que tienen la perfección de ser verdaderas". (Discurso del Método, IV Parte) "Dios es un Ser que es infinito y más allá de nuestro alcance, el único autor del que dependen todas las cosas." "Existimos en la medida de que es nuestra naturaleza pensar, y al mismo tiempo, en que hay un Dios de quien todos dependemos, y después de considerar sus atributos, vamos a ser capaces de investigar la verdad de todas las cosas de otro modo, puesto que Dios es el causa de ellas. "Nuestros sentidos a veces nos engañan" ' nos sens nous trompent quelquefois' [DM, IV; AT VI 32] "Los sentidos engañan de vez en cuando, y es una señal de prudencia nunca poner nuestra confianza completamente en aquellos que ya nos han engañado alguna vez". "La existencia de Dios, ha sido puesta en duda por algunos porque ellos atribuyeron demasiado a la percepción de los sentidos, y Dios no puede ser visto ni tocado". [Principios filosóficos, (1644).] "... Debemos tener cuidado con suponernos demasiado importantes [a] nosotros mismos ..." "Considerando que sólo Dios es mi creador, es altamente probable que de alguna manera me formase a su imagen y semejanza, y yo percibo esta semejanza, en la que está contenida la idea de Dios, por la misma facultad por la cual yo me entiendo, en otras palabras, cuando me hago a mí el objeto de la reflexión, no sólo encuentro que soy incompleto, [imperfecto] y un ser dependiente, y uno que incesablemente aspira en pos de algo mejor y más grande de lo que él es, pero al mismo tiempo, estoy seguro de que de la misma manera, Él por quien soy dependiente posee en sí mismo todos los bienes a los cuáles aspiro… y que no sólo por tiempo indefinido y, potencialmente, sino infinitamente y de hecho, y que Él es por lo tanto Dios. Y toda la fuerza del argumento del cual he dispuesto aquí mismo para establecer la existencia de Dios, consiste en esto, que percibo que no podría ser de una naturaleza tal y como soy, y sin embargo tengo en mi mente la idea de un Dios, si Dios no existiera en la realidad - este mismo Dios, digo, cuya idea está en mi mente - es decir, un ser que posee todas esas perfecciones elevadas, de los cuales la mente puede tener una concepción ligera, no obstante, sin , ser capaz de comprenderlas plenamente, y quien es totalmente superior a todos los defectos." (Meditación III: En Dios: Que Él Existe) Descartes consideraba a Dios como la fuente de toda verdad, y la certeza el conocimiento, un regalo de Su bondad divina. En este sentido, veía los errores de las acciones humanas como consecuencias resultantes de que el hombre se desvía del conocimiento que Dios nos ha dado: "Nuestra certeza es consecuencia de la bondad de Dios y Él, al ser la fuente de la verdad, nos da la facultad de distinguir la verdad del error. "Para saber lo que la gente realmente piensa, pon atención a lo que hacen, en vez de a lo que dicen." "Quiero detenerme un momento en la contemplación de Dios, para reflexionar sobre sus atributos en mí, para ver, admirar y adorar la belleza de su luz infinita, en la medida en que mi visión nublada permite. Creyendo que la suprema felicidad de la otra vida consiste completamente en la contemplación de la grandeza divina, ahora encuentro que a través de la contemplación menos perfecta del mismo carácter, puedo tener la alegría más grande disponible en esta vida". [Meditaciones acerca de la filosofía primera] "Si aun hay hombres a quienes las razones que he presentado no han convencido bastante de la existencia de Dios y del alma, quiero que sepan que todas las demás cosas que acaso crean más seguras, como son que tienen un cuerpo, que hay astros, y una tierra, y otras semejantes, son, sin embargo, menos ciertas." Discurso del método: Cuarta Parte.