Miércoles de Ceniza
«Polvo eres y en polvo te convertirás»
Dios TODOPODEROSO y eterno, que nada de lo que has hecho aborreces,
y perdonas los pecados de todos los que se arrepienten:
Crea y haz en nosotros corazones nuevos y contritos,
para que lamentando dignamente nuestros pecados, y reconociendo nuestra miseria,
obtengamos de nosotros a ti,
Dios de toda misericordia, perfecta remisión y perdón;
través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Antiguo Testamento
Joel 2.12-17
VOLVEOS a mí, dice el Señor, con todo vuestro corazón, y con ayuno, y llanto, y lamento. Y rasgad vuestro corazón, y no vuestras vestiduras, y convertíos al Señor vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo para la ira y grande en misericordia, y se arrepiente del mal. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá, y dejará una bendición tras de sí, una ofrenda y una libación para el Señor tu Dios? Tocad la trompeta en Sión, santificad el ayuno, convocad una asamblea solemne, reunid al pueblo, santificad la congregación, reunid a los ancianos, reunid a los niños ya los que maman; salga el novio de su cámara, y la novia de su aposento; lloren los sacerdotes, ministros del Señor, entre el pórtico y el altar, y digan: Señor, perdona a tu pueblo, y no des a oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ellos: ¿por qué dirán? entre el pueblo, ¿dónde está su Dios?
EL EVANGELIO
San Mateo 6.16-21
CUANDO ayunéis, no seáis como los hipócritas, de aspecto triste, porque desfiguran sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan : porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Texto del Libro de Oración Común,
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